Utah tiene una política de cero tolerancia cuando se trata de consumo de alcohol por menores de edad. De conformidad con las leyes de Utah, una persona menor de 21 años que posee, consume, compra o intenta comprar alcohol (inclusive al pedirle a alguien más que lo compre) o que tiene cualquier cantidad medible de alcohol en la sangre, aliento u orina, está cometiendo un crimen.
Las estrictas leyes de Utah contra el alcohol son conocidas como “ni una gota de alcohol”, y las multas por romperlas son severas. Pueden incluir cientos de dólares en multas e inclusive tiempo en prisión. Los juzgados de Utah también pueden obligar a un menor a participar en clases de abuso de sustancias.
La primera violación por consumo o posesión de alcohol como menor puede resultar en una suspensión de la licencia de conducir por 90 días—inclusive si el vehículo no está involucrado. Una segunda violación durante los siguientes tres años puede resultar en una suspensión de la licencia de conducir por un año. Un menor que viola las leyes en contra del consumo de alcohol antes de tener la edad necesaria para tener una licencia de conducir en Utah, no podrá solicitarla hasta 90 días después de haber cumplido la edad legal para obtener licencia de conducir.
Una consecuencia potencialmente devastadora de recibir un DUI es que el menor tendrá que revelar su condición en aplicaciones para la universidad, solicitudes de empleo, y solicitud de asistencia financiera. Su hijo podría perderse excelentes oportunidades por culpa del consumo de alcohol como menor.