Normalmente, los cerebros de los adolescentes que consumen alcohol no son tan activos como los cerebros de los no consumidores, inclusive cuando están sobrios.
La imagen a continuación cuenta toda la historia. Deslice para observar la diferente actividad cerebral entre consumidores de alcohol y no consumidores. Las áreas rojas denotan mayor actividad.
El “hipocampo” es la parte del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria. Debido a que durante la adolescencia esta parte aún se está desarrollando, el alcohol puede causar daños irreversibles en el aprendizaje y en el centro de la memoria.1 Entre más temprana es la exposición al alcohol, más permanente será este daño.
Al comparar imágenes cerebrales, los doctores pueden observar constantemente que los adolescentes que empezaron a consumir alcohol más temprano mostraron hipocampos más pequeños que los que empezaron a consumirlo más adelante. Los adolescentes que consumen más alcohol y lo han hecho por más tiempo tienen hipocampos hasta 10 por ciento más pequeños que los no consumidores.2 Los hipocampos pequeños equivalen a más dificultad para aprender cosas nuevas, memorizar y almacenar información. El daño cerebral temprano puede reflejarse en que los consumidores de grandes cantidades de alcohol siempre estén atrás de sus contemporáneos y estén en desventaja en sus carreras profesionales y relaciones personales.3
La “corteza prefrontal”, o parte frontal del cerebro, es la responsable de controlar el comportamiento, incluyendo la planificación, juicio, toma de decisiones y control de impulsos. No es de extrañar que el alcohol pueda tener un gran efecto en estos comportamientos. Durante los años adolescentes, el cerebro sufre muchos cambios que juegan un papel muy importante en la formación de la personalidad y el comportamiento adulto. El daño causado por el alcohol durante estos años fundamentales puede provocar cambios severos duraderos o incluso permanentes en el comportamiento y la personalidad.4
El consumo de alcohol por menores de edad puede impedir el desarrollo normal del cerebro, causando daño en el área del buen juicio que controla los impulsos y en la capacidad de memoria. Aunque los daños no sean aparentes inmediatamente, está muy claro que los menores de edad que consumen alcohol tienen una gran desventaja más adelante en la vida en solución de problemas, memoria, y otras funciones mentales.
Aunque usted no lo crea, los adolescentes le escuchan a sus papás. De hecho, los niños le escuchan más a sus padres que a cualquier otra persona, inclusive sus amigos. Usted puede ser la razón principal por la que sus hijos no consuman alcohol. Eso es tener mucha influencia.