Varios estudios demuestran que los niños que han consumido alcohol antes de los 15 años tienen cuatro veces más probabilidades de convertirse en dependientes del alcohol durante algún momento de su vida, comparado con las personas que probaron su primera bebida alcohólica a los 20 años o más.1
Investigaciones demuestran que los niños que empezaron a consumir alcohol antes de los 15 años tienen 40 por ciento más probabilidades de convertirse en dependientes del alcohol. Por el contrario, una persona que espera hasta la edad legal de 21 años para consumir bebidas alcohólicas únicamente tiene siete por ciento de probabilidades de convertirse en alcohólica.
Existen más de 16 millones de alcohólicos en Estados Unidos, de los cuales cerca de un cuarto (más de cuatro millones) son adolescentes.2
El cerebro está conectado para recompensar las acciones positivas con sentimientos de placer para que deseemos repetirlas. Estos “sentimientos de placer” pueden ir desde una intensa y emotiva sensación hasta un simple sentido de felicidad y satisfacción.
Los sentimientos de placer se derivan de un buen estado químico causado por la dopamina. La dopamina nos ayuda a recordar cosas que disfrutamos, al asociar el placer a esta cosa o actividad.3
El alcohol puede dañar la habilidad cerebral de sentir placer de cosas y experiencias normales y sanas, y deja al joven sintiéndose desanimado acerca de actividades que anteriormente le habrían causado placer.
Para los adolescentes consumidores de grandes cantidades de alcohol, nada pareciera ser tan divertido como el alcohol. Debido a que el alto consumo de alcohol daña el sistema de recompensas de placer del cerebro, después de algún tiempo se requiere más alcohol para obtener la misma cantidad de placer, y esto resulta en adicción.
67 por ciento de los adolescentes que consumen alcohol antes de los 15 años consumirán drogas ilegales en el futuro.
Los menores de edad que consumen alcohol tienen 22 veces más probabilidades de utilizar marihuana, y 50 veces más probabilidades de utilizar cocaína.
Es más, se estima que 95 por ciento de las personas que utilizan metanfetaminas en Utah empezaron a consumir alcohol antes de los 15 años.
Algunas personas están más inclinadas naturalmente al alcoholismo y a otras adicciones. Sus cerebros reaccionan con mayor intensidad al nivel de dopamina producido por el alcohol. Si una persona tiene un pariente alcohólico, tiene muchas más probabilidades de volverse adicto también, y para mantenerse en el lado seguro debería evitar el alcohol completamente.6, 7
El alcoholismo es terrible para la gente joven, que se vuelve malhumorada y temperamental debido a que su deseo de alcohol es molesto y persistente. Conseguir la siguiente bebida alcohólica se vuelve mucho más importante que las calificaciones, el deporte, o cualquier otra actividad que antes se disfrutaba. Muchas veces no alcanza su máximo potencial y se siente atrapada.
Los padres de adolescentes alcohólicos muchas veces tienen que rescatar a su hijo de sus problemas—como pagar su renta o cuidar los nietos que este adicto tiene descuidados. La sociedad también se hace responsable, al tener que absorber el costo de asistencia social, accidentes bajo la influencia, abandono infantil, violencia doméstica, etc. El consumo de alcohol por menores de edad, con su alto índice de adicción, es una pésima situación para todas las personas involucradas.